
Quizás algunos dirán que el peor momento de la travesía fue cuando cruzamos los dos vientos huracanados, o quizás otros dirán que fue los días en los que pasamos hambre y aunque hubo momentos muy duros y difíciles, lo peor de todo fue al final. Lluvias, mucho frío, nieblas y perdernos en la noche, además y por si fuera poco nos echaron de un refugio a los pies de la Pica d’Estats.